No hay que confundir el Supremo Consejo con el Consejo Supremo. Este último es el Taller que reúne a todos los Soberanos Grandes Inspectores Generales, grado 33 del Rito, mientras que el primero es el órgano de gobierno de la Jurisdicción, gestión y protección del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

Su misión, creación y composición se recogen en las Grandes Constituciones de Berlín (1786), así como en los Estatutos y el Reglamento General del S.C.N.D.F.

Está compuesto por un mínimo de nueve y un máximo de treinta y tres miembros, todos ellos Soberanos Grandes Inspectores Generales .

Decide la creación de los Talleres de la Jurisdicción, la aceptación y promoción de los Hermanos, así como su asignación a un Taller.

Como custodio del Rito, asegura su perfecta transmisión y la perfecta regularidad de los Talleres.

El Consejo Supremo está presidido por un Gran Comendador, jefe de la Jurisdicción y elegido por tres años. También es presidente de la asociación civil Consejo Nacional Supremo de Francia del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.

Está asistido por un Teniente de Gran Comendador, que es el único que puede sustituirle en caso de necesidad.

El Gran Comandante está asistido por otros diez Oficiales y por varios miembros activos sin cargo.

Como se indica en las Grandes Constituciones de Berlín (1786), la misión de los Soberanos Grandes Inspectores Generales es instruir e ilustrar a sus Hermanos; hacer reinar entre ellos la Caridad, la Unión y el Amor Fraterno; mantener la regularidad en los trabajos de cada Grado y velar por su observancia por parte de todos los Miembros; hacer que se respeten los Dogmas, Doctrinas, Institutos, Constituciones, Estatutos y Reglamentos de la Orden, especialmente los de la Alta Masonería, y, en todas las ocasiones, respetarlos y defenderlos; y, finalmente, procurar, en todos los lugares, hacer obras de Paz y de Misericordia.

"Sous la Juridiction du Suprême Conseil National De France des Souverains Grands Inspecteurs Généraux du 33e et dernier degré du Rite Écossais Ancien et Accepté" : comme le veut la tradition, c'est sous ces auspices et par cette invocation que s'ouvrent les Travaux de tous les Ateliers et tous les Frères de la Juridiction.

C'est du Suprême Conseil qu'émane, dans les hauts-grades, dont il est le conservateur et le protecteur, toute autorité, conformément aux Grandes Constitutions de 1786 : celle de constituer les Ateliers, d'en nommer les responsables, de décider du parcours maçonnique des Frères, de leur nomination comme de leurs promotion.

Cette réalité s'inscrit, non dans la simple reproduction d'un schéma historique daté, mais dans une volonté prospective, celle d'instaurer le règne pacificateur, harmonieux et unificateur du Saint Empire, c'est-à-dire, non pas un projet politique (la Maçonnerie s'interdit toute ingérence en ce domaine), mais le but même que le Rite se fixe : atteindre l’union, le bonheur, le progrès et le bien-être de la famille humaine en général et de chaque homme individuellement.