"Bajo la Jurisdicción del Supremo Consejo Nacional de Francia de los Soberanos Grandes Inspectores Generales del 33º y Último Grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado": como dicta la tradición, es bajo estos auspicios y con esta invocación que se abre el trabajo de todos los Talleres y de todos los Hermanos de la Jurisdicción.

Es del Supremo Consejo que emana toda la autoridad, en los Altos Grados, de los que es guardián y protector, de acuerdo con las Grandes Constituciones de 1786: la de constituir los Talleres, la de nombrar a los responsables de los mismos, la de decidir sobre la carrera masónica de los Hermanos, de su nombramiento así como de su promoción.

Esta realidad no es la simple reproducción de un esquema histórico fechado, sino una voluntad prospectiva de instaurar el reinado pacificador, armonioso y unificador del Sacro Imperio, es decir, no un proyecto político (la masonería prohíbe cualquier injerencia en este ámbito), sino el propio objetivo que se plantea el Rito: lograr la unión, la felicidad, el progreso y el bienestar de la familia humana en general y de cada hombre individualmente.