Fundado el 31 de mayo de 1801 en Charleston, el primer Supremo Consejo de la historia decidió, en su reunión del 10 de octubre del mismo año, enviar a las Grandes Logias Simbólicas, a las Sublimes Grandes Logias y a los Grandes Consejos repartidos por los dos hemisferios cartas circulares explicando el origen y la naturaleza de los Sublimes Grados de la Masonería y su institución en Carolina del Sur.

Preparada por una comisión presidida por Federico Dalcho, Teniente Gran Comendador, esta Circular fue aprobada por el Supremo Consejo en diciembre, pero no fue enviada a sus destinatarios hasta el 4 de diciembre de 1802.

Además de su interés histórico, este documento atestigua sobre todo la voluntad universalista del Rito al estar dirigido a los dos hemisferios, es decir al mundo entero, formando el deseo, como lo indicó el Gran Comendador, John Mitchell, en su carta de acompañamiento, de que la Sociedad Universal de los Francmasones, Antiguos, Modernos y Sublimes, esté unida tanto en sus ceremonias como en sus principios, y que se instituya un reconocimiento mutuo general

(texto en francés)